La brecha entre el precio de salida de venta y el precio al que finalmente se vende una vivienda es del 28%, según se desprende del ‘II Observatorio sobre el Mercado de la Vivienda’.
En concreto, la diferencia es de 51.958 euros entre el precio inicial y el final. Así, el precio medio de venta fue de 136.432 euros, mientras que el precio medio inicial rondaba los 188.390 euros. Para nosotros, existe un problema de oferta y hay que trabajar por conseguir viviendas que tengan precios competitivos ajustados al poder adquisitivo actual de los españoles.
Asimismo se está viviendo «una clara desaceleración con respecto al precio y número de transacciones de la vivienda de segunda mano», lo que implicaría «una estabilización tanto de los precios como del número de transacciones a corto y medio plazo».
España sigue todavía inmersa en un mercado de carácter especulativo. «Los propietarios fijan sus precios de viviendas con unas expectativas que no responden, en absoluto, a la realidad de la situación del mercado inmobiliario español».
En esta línea se sigue pensando en la venta de la vivienda como una fórmula de inversión sin tener presente que los condicionantes del mercado, la capacidad socioeconómica de la población y sus propias circunstancias han cambiado de forma sustancial.
Es importante que los principales actores del sector tengan presente que existe un nuevo perfil de personas, especialmente los más jóvenes, que tienen como objetivo de vida comprar su propia casa, pero que aplazan la decisión y optan por el alquiler.
Así que en España se ha vivido un incremento de nueve puntos porcentuales de los hogares que viven en alquiler entre 2011 y 2018.
(fuente FotoCasa)